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Destino.

Los enamorados se preguntan a dónde va a parar todo ese amor que no se dieron.

No se transforma en odio, ni en olvido. Sólo sirve para llenar huecos entre los que recién se enamoran. Así se recicla. Todos ganan.

Más de poesía.

Los poetas todo quieren comerse, todo quieren endulzar, devorar, convertir en amor y tragedia. Pero ¿quién convierte a un poeta en poema?

Flor.

Una flor no debería asociarse tan sólo a una mujer, porque la apertura, la belleza y el arte de los pétalos son semejantes a la imaginación que le brota del corazón a un poeta.

Reciclar el intelecto.

Hay que reciclar las neuronas. Aquellas que pequen de increativas deberán juntarse con las que imaginan mejor. No hay tal cosa como que alguien utilice las neuronas desgastadas de alguien más.

Leer las reanima mucho. Dormir también. Estarán lucidas justo unos minutos antes de quedar profundamente dormidas y minutos después de haberse despertado. Durante la lectura todo el tiempo estarán haciendo comentarios. Hay que ver lo bajito que hablan, por lo que escucharlas resulta complicado, mas no imposible.

Sobre el crustáceo.

Todos hablaron de la inmortalidad del cangrejo: uno fuerte, con pinzas de oro, patas de titanio, ojos de diamante y un corazón de luz que rompía agujeros por toda esa oscuridad que se cargan los humanos tontos.