Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

lunes, 2 de enero de 2017

Cuento invisible.

En medio de la tranquilidad de un hogar, un cuento comienza a ejecutarse por sí mismo. No requiere de protagonistas ni de tremendas tramas entrelazadas. Sólo se desenvuelve mientras por la ventana se desenreda la luz solar. Es, para algunos, un cuento invisible, inaudible porque nadie lo cuenta, un tramo de cotidianeidad y cotidianismo hecho cuento por la simple razón de la entropía: nada permanece, y si algo ocurre, también debe ocurrir algo más en otro lado para equilibrar las fuerzas.

Es como un cuento para sordos que nadie oirá o un cuento para ciegos que nadie leerá, pero eso no le quita sus propiedades de cuento, pues aunque no haya protagonista todavía se espera que al final ocurra algo que transforme lo que hasta ahora creíamos saber de él. Sin embargo, puesto que es un cuento invisible e inaudible, si no hay un desenlace entonces tampoco importa.

Es más, alguien debió escribirlo. No obstante, una vez escrito, se evadirá de autorías y tendrá en sí mismo sola existencia. Entonces llegaremos a la conclusión que es el cuento mismo el propio protagonista, ya un personaje en sí, con voz.

Algún día, ese cuento querrá ser novela, pero aún no cumple la mayoría de edad y además ha hecho demasiadas imprudencias. Creo que debemos meterlo en una escuela de narrativa y corrección, ¿no lo considera así, señor lector invisible?