Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Guía de supervivencia natural durante una noche de holocausto.

Basta acostarse en una noche de esas en las que tiembla el mundo mientras los meteoros están a punto de clavarse hasta el corazón del planeta. Mirar los cometas, respirar el cosmos y tranquilizarse, pues no ocurrirá ningún beso emocionante en la noche y las parcas de la muerte están demasiado ocupadas jugando ajedrez en otro continente.

Tenga por seguro que si corre, la desesperación llamará algún efusivo momento de destrucción emocional. Esto traerá como consecuencia un derrumbe, una desaparición o una mutilación. Sentirá que ELLA se lo está llevando, que lo carga con fríos brazos de soledad perpetua y que no habrá momento nuevo para reconciliarse con la vida. Posiblemente hasta se tope con los ojos de ELLA: la que quita la vida. Quizá pueda negociarlo.

Tengo, si me lo permite, una sugerencia para salvaguardar su estabilidad. No le diga a ELLA nada aburrido, no le hable de los amoríos fallidos ni de las enormes ganas de derramar sangre. Tampoco hable de desgracias. No susurre. No la mire más de lo necesario. Déjese cargar un poco, vea hacia arriba y cuente los rostros que tiene el cielo. Una vez que ELLA lo haya acostado en un suave césped recién podado, hable de sus proyectos, de la creatividad.

Durante la entrevista seguirán cayendo meteoros... no se preocupe. Usted está a salvo en el consultorio improvisado. Se oirán gritos de dolor, alarmas, ajetreos, pero usted como si nada. No toque su pasado, ni tantito. Dígale a ELLA todas sus visiones del nuevo mundo, del renacimiento de las almas, de lo poco que duran las épocas. Cuestione las realidades, intervenga, haga como que quiere morirse nada más un poco y después permítase vivir para seguirle contando los legados de la humanidad. Hable del sabor de la comida, de algún programa estúpido de la televisión, del dibujo hecho por un niño. Esas cosas siembran curiosidad en ELLA.

Al fin y al cabo si ELLA decide que allí hay que despedirse, simplemente lo cargará de nuevo y se lo llevará en un suave y cálido vaivén de barco. Si le gusta el mar, aproveche la oferta. Si no le gusta, busque razones para cobrarle cariño.

Algo le advierto. Si se le olvida la cortesía y comienza a quejarse, no será nada agradable. ELLA olvidará sus principios: sacudirá su cama, lo abofeteará, lo tomará por el cuello y lo levantará hasta que consiga una epifanía.

Morirse por morirse no tiene sentido. Lo mejor es hacerlo con dulzura, confiando en ELLA. De tal suerte, que de tan relajado puede que se quede dormido y despierte como si nada, listo para comerse un dulce, aunque esté nublado. Quizá y hasta se murió por unos instantes... ¿quién se lo niega ahora?

Basta que mire en las noticias del periódico para averiguar que usted se muere por ELLA, cada vez que su invisible rostro dentro de la capucha le anuncia otro holocausto donde usted no estuvo.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Edad avanzada.

Pesa tanto, es la edad una carga insoportable, cada vez trae más cosas, más pasado, más tiempo, más trayectoria. Estorba. ¡Qué bien habría sido quedarse joven para siempre!

¿Y la muerte? Un buen día caerán hermosos rostros contra el suelo, de súbito, jóvenes, destrozados por dentro. No hay más corazón. Un campo sembrado con hermosas figuras de hombres y mujeres, muertos para el gran museo de la eternidad donde la belleza permanece.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Inspiración.

Es una libélula, viéndote de cerca. Es, ver para creer, una abeja que soltará su aguijón cuando menos se lo espere. Un escorpión que huye. Una luciérnaga perdida en la neblina nocturna. Es más aurora boreal que hoguera de campamento. Un capullo que requiere consumir tiempo.

Cuando por fin abre las alas, la condenada mariposa ya ha volado y aquel escritor, pobre diablo, se le quedó viendo en vez de ponerse a escribir.

Así se le fueron las prosas y poemas más hermosos. Sólo queda, válgame la decencia, un poco de dignidad para seguir hojeando libros y robarse unas cuantas palabras todas plagiadas del español.