Pesa tanto, es la edad una carga insoportable, cada vez trae más cosas, más pasado, más tiempo, más trayectoria. Estorba. ¡Qué bien habría sido quedarse joven para siempre!
¿Y la muerte? Un buen día caerán hermosos rostros contra el suelo, de súbito, jóvenes, destrozados por dentro. No hay más corazón. Un campo sembrado con hermosas figuras de hombres y mujeres, muertos para el gran museo de la eternidad donde la belleza permanece.
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