Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

lunes, 4 de enero de 2010

La evasión de la pluma.

Llenar por llenar una hoja, así, sin los preceptos acerca de la sabiduría de otros tiempos, no tiene sentido. Esto lo sabe la pluma, que no está dispuesta a escribir si considera que nada tendrá ese sentido verdadero. A veces no puede evitar ser dominada por la mano que la sujeta, y el sentido debe reorientarse. Dentro de la pluma yacen verdades escondidas que provienen de otra época, porque otras manos han transferido su energía a ella y puede invocarla en momentos de desesperación. ¿Cuál es el sentido verdadero, entonces? Aquel que recuerda de sus viajes, de las reflexiones e introspecciones. Descarta, por ejemplo, algunas firmas repetidas constantemente, pero conserva muy bien el recuerdo de la primera vez acerca de un nombre con excelente caligrafía.

A pesar de todo, oponer resistencia a escribir cosas sin sustancia no es tan sencillo como parece. Debería, en primer lugar, absorber para sí misma la tinta, de tal forma que quien la sostiene se desespere y la abandone en algún punto. Aquí se develaría el principio de la dignidad: sólo plasmará sus ideas la pluma si considera que contienen una relevancia, un sentido verdadero, según sus propias expectativas. Hay ocasiones en las que no hay forma de evitar todo lo que se transmite con ella, debe volverse cómplice ineludible del escritor, aunque no estén de acuerdo con las ideas que van formando. Esta sería la primera gran oposición: la pluma es capaz de escribir cosas que realmente no ha deseado plasmar. Hay una coerción de por medio.

Debe encontrar métodos para evadirse. No hallarlos pronto forma una angustia que se refleja en el tallo, hacia arriba, porque los folículos comienzan a estropearse.


Vuelta a la escritura, 12 de marzo, 2023.
Para la rectificación de los tiempos perdidos.

domingo, 3 de enero de 2010

Crisis existencial de la pluma.

No duerme, porque nadie la ha visto dormir. Si se queda acostada es simplemente porque de momento no está ocupando su energía en plasmar las ideas sobre el papel. ¿Cómo habría de dormir si no contiene órganos, ni mente, ni ojos para poder cerrar los párpados? Sin embargo, contiene una conciencia que le permite preguntarse de dónde provienen las palabras.

La pluma siente que todas sus necesidades pueden realizarse mediante la escritura, mediante la tinta y el papel. Es como el primer nacimiento, como la primigenia concepción del mundo. Primero fue la tinta, y entonces había que ir hacia un pergamino para desarrollarse y evolucionar. De momento así resulta. No es posible especular nada más sobre el futuro. Al menos, no mientras está acostada. ¿Acaso puede estar pensando? Su conciencia debe estar entonces en otro lado. Es necesario averiguar dónde. Sí, en la mano del escritor, pero ella sabe que él piensa otras cosas, que divaga, mientras ella vacía sus propias ideas en el papel.

Ahora es una confrontación: debe usar al escritor para que ponga lo que ella desea, en vez de lo que él está pensando. ¿No es eso una formidable conquista?

Todo lo que posee, de momento, es la esperanza de que pronto volverá a suceder. Va a empapar su punta y sentirá que toca el suelo, donde puede ser feliz porque el universo se extiende bajo ese único pie. En el momento en el que las letras viajan de su cuerpo hacia el papel, se vuelve eterna.




Vuelta a la escritura, 11 de marzo, 2023.
Para la rectificación de los tiempos perdidos.

sábado, 2 de enero de 2010

El acto primero.

Parece que se mueve sola. O más bien alguien la está sujetando desde arriba, con un hilo. Ha querido convertirla en una marioneta sencilla que debe aprender a escribir. Estamos hablando de la pluma. Ahora tiene un escenario, porque este instrumento prodigioso va a ejecutar una pirueta o dos. O más bien va a realizar un ilusionismo: trazará algunas letras sobre el aire y desaparecerán después.

El público está conformado principalmente por niños, porque a ellos les fascina ver cómo nace la literatura. La explicación más lógica de por qué la pluma flota es excepcionalmente simple: ha pertenecido a un ave y guarda en la memoria los recuerdos del vuelo. Tantos viajes que rememorar. Ellos creen que la pluma debe viajar mucho para reconocer los rostros del mundo; pero se pierde en algún punto y añora después el ave que la ha dejado caer, así que debe regresar a su origen.

Es obvio que la pluma no habla; pero dibuja. Y en esas ilustraciones temporales que se desvanecen después de algunos segundos está su historia. Allí aparecen, en ese primer acto de su función, algunas caras y personas. Luego aparece el ave, pero los niños no pueden distinguir si es un cisne o un ganso, porque las formas son difusas.

Los niños desean un espectáculo completo. Así que el telón también debe cerrarse, con todos los protocolos. La pluma comenzará a convertirse en un ídolo: se acercarán todos a solicitar el autógrafo de ese artilugio flotante y cambiante. Se irán a sus casas con la promesa de que la pluma hará un segundo acto, el día de mañana.

Vuelta a la escritura, 17 de julio, 2022.
Para la rectificación de los tiempos perdidos.



viernes, 1 de enero de 2010

Las controversias de la pluma.

La pluma llega al borde de la hoja, y después, cuando ya no tiene nada más qué decir, debe volver. En realidad aún le quedan muchas cosas por contar, pero ya no tiene espacio; entonces va borrando lo que ha escrito, absorbiéndolo por la fina punta. No quisiera tener que hacer eso, pero no queda otro remedio, porque no es capaz de dar aún el salto hacia otra hoja en blanco, el escritor no se la procura. Por lo tanto, la pluma debe ceder y arrepentirse un poco de lo que ha trazado. ¿Será que eso le duele un poco? ¿Deshacerse de lo que ya había escrito? ¿Por qué no simplemente le da vuelta a la hoja y continúa?

Eso es imposible. La pluma no tiene el poder de manipular su propio espacio, más allá del que le impone el que la sujeta. La pluma sólo sigue en la primera dimensión, pero no comprende ni sabe que existe otra: tal cosa llamada "vuelta de página". Cuando eso ocurre, para la pluma, el espacio está limpio una vez más. No sabe cómo ni cuándo, pero la primera dimensión donde estaba lo escrito ha sido transferida temporalmente a donde podrá recuperarse después.

Para ella, un libro es como una carrera infinita, con una página interminable que por convención el escritor la ha adecuado y contenido en un molde llamado "libro". A la pluma le gustaría saber, más que conocer el número de libros producidos, el número de palabras que ha dejado caer en el mundo. El récord es mucho más impactante de esa forma.

Vuelta a la escritura, 22 de junio, 2022.
Para la rectificación de los tiempos perdidos.