Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

viernes, 1 de enero de 2010

Las controversias de la pluma.

La pluma llega al borde de la hoja, y después, cuando ya no tiene nada más qué decir, debe volver. En realidad aún le quedan muchas cosas por contar, pero ya no tiene espacio; entonces va borrando lo que ha escrito, absorbiéndolo por la fina punta. No quisiera tener que hacer eso, pero no queda otro remedio, porque no es capaz de dar aún el salto hacia otra hoja en blanco, el escritor no se la procura. Por lo tanto, la pluma debe ceder y arrepentirse un poco de lo que ha trazado. ¿Será que eso le duele un poco? ¿Deshacerse de lo que ya había escrito? ¿Por qué no simplemente le da vuelta a la hoja y continúa?

Eso es imposible. La pluma no tiene el poder de manipular su propio espacio, más allá del que le impone el que la sujeta. La pluma sólo sigue en la primera dimensión, pero no comprende ni sabe que existe otra: tal cosa llamada "vuelta de página". Cuando eso ocurre, para la pluma, el espacio está limpio una vez más. No sabe cómo ni cuándo, pero la primera dimensión donde estaba lo escrito ha sido transferida temporalmente a donde podrá recuperarse después.

Para ella, un libro es como una carrera infinita, con una página interminable que por convención el escritor la ha adecuado y contenido en un molde llamado "libro". A la pluma le gustaría saber, más que conocer el número de libros producidos, el número de palabras que ha dejado caer en el mundo. El récord es mucho más impactante de esa forma.

Vuelta a la escritura, 22 de junio, 2022.
Para la rectificación de los tiempos perdidos.



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