Para contrarrestar la ignominia del mundo hay que beberse entero un litro de versos sin poesía. Sin retoricantes ni metaforizantes artificiales. Más bien orgánico, nacido del brote de un sauce a orillas de un lago.
Con la benigna cura, más pronto que sale el sol, estaremos expeliendo por los poros abiertos poemas verdaderos. No antes. Lo difícil es hallar versos puros, sin significado alguno.
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