Siempre nos ha acechado la cuestión siguiente: ¿qué es lo que hace una pulga durante tanto tiempo? Esta pregunta, como un verdadero tema de la actualidad, ha hecho que entrevistemos a varios perros, que son los que más saben sobre pulgas. Todo el mundo sabe que los perros conocen a las pulgas desde mucho tiempo atrás.
Los más expertos en contestar han sido los canes peludos, los que más largo tienen el pelaje y los que menos se bañan. Todos los perros sabemos que se puede convivir bien con una pulga, siempre y cuando la simbiosis sea de gran beneficio. Por ejemplo, permitirles quedarse por un corto tiempo mientras encuentran otro compañero de viaje, a cambio de que nos hagan algún masaje. Las pulgas son nómadas. También saben nadar.
Lo que definitivamente no toleran es que uno se corte el pelaje. Eso las irrita, porque terminamos por destrozar todo lo que han hecho para acomodarse en la parte trasera del lomo. Rascarse está permitido, porque ellas esquivan las garras. Además hemos tenido que llegar a un acuerdo en el que se deben mover con calma para no nos produzcan comezón. Es muy complicado andarse rascando en el lomo, aunque no tanto en las orejas.
Hay que tener cuidado cuando jugamos en los charcos de lodo. Nos refresca pero a las pulgas les fastidia un poco. Yo creo que son exageradas, porque todo mundo sabe que el lodo hace bien al pelaje. El lodo es vida. El lodo es cultura. ¡Viva el lodo! Creo que iré a darme un chapuzón ahora mismo y después regresaré para terminar de hablar sobre lo que hacen las pulgas.
Es común que ellas salten de un perro a otro. El otro día iba yo correteando a un gato por el Boulevard de la Luz y... todo mundo sabe que en estas calles los niños... hay muchos niños. Ellos regalan comida que sus mamás les preparan. Por eso nos encanta en Boulevard. Volvamos. El otro día iba correteando a un gato y se me perdió el ágil. Brincó muy alto y no pude sino mover la cola esperando que bajara aunque me abandonó el ingrato. Si tan sólo quería jugar... Cuando menos me di cuenta la pulga que llevaba en el lomo me había abandonado. Se había mudado de pelaje, de perro, de vida. Bueno, lo positivo de esto es que ya podré enlodarme sin remordimiento. El lodo es fascinación. Es sano. Es dulzura. ¡Viva el lodo! Es más, voy por otro chapuzón y vuelvo.
¿Qué es lo que hacen durante tanto tiempo? Las pulgas. Simplemente disfrutan ocultarse mientras el sol penetra un poco. Dormir entre el pelo es tibio. Si no nos creen, le invitamos a que duerma por ejemplo entre los maizales mientras hay pleno sol y verá cómo recibe caricias en la cara. Yo me mudé de perro porque se metía mucho al lodo. No nos gusta el lodo, arruina nuestra facilidad para movernos. Un brinco y ¡zas! ya caía yo en una gran suavidad aterciopelada de blanco, de la cual me corrieron en un día por culpa de las costumbres de ustedes.
Le invitamos a que haga algo productivo y se compre mucho estambre y se entierre en él. Verá cómo el tiempo es más lento, el día más tranquilo. Es una especie de meditación entre fibras.
Lo que más nos gusta es escribir historias sobre perros y publicarlas. Todas las pulgas leen en pelo de perro. Allí escribimos. Y a todo esto, ¿por qué está usted leyendo esto si no es pulga? ¡No se meta con el tiempo de las pulgas! Vaya chismosos... En primera y última instancia es por culpa de ustedes que los perros se anden enlodando... Fuera veterinarios.
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