Ese constante movimiento del universo para que la vida continúe. Tanta velocidad y tan lento que solemos caminar en ocasiones.
El día en el que salgamos volando en todas direcciones no lo sentiremos. Ya nos hemos estrellado cuando estamos dormidos, pero el mundo se reinicia tan rápido que sólo olvidamos algo que íbamos a decir. Seguimos caminando como si nada.
Aun dormidos viajamos. Todo el tiempo. Todo el espacio. Cada vez que el universo pone pausa pequeña nos duele la cabeza y nos detenemos un instante a pensar en que algo íbamos a traer de la habitación.
Para equilibrar las cosas debemos correr por nada, huir de algo que no existe. Sólo para tener la sensación de que le ganamos la carrera al universo que diario se lava en el vórtice gigantesco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario