Que se escriban los hombres solos, desde nacimiento, con tierra o con fango de ese que presumen los dioses: según tiene propiedades regenerativas. Marcada llevarán la sangre con letras como atadura de su propio destino. Se moldearán ellos mismos en poemas gloriosos o en tristes e insignificantes diatribas. En héroes de sus ideologías o ignorantes del mundo.
Escríbete una carta, figura. Que no sepas lo que dice, no te predispongas ni te predigas. Olvídala y cuando crezcas léela como si fuese tu antiguo dios y ahora fiel seguidor de tus principios. Recíbela de sorpresa en un día caluroso, tranquilo. Respóndete y asegúrate de que tardarás años en contestarte. Serás otro. Seguirás tus consejos al calce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario