Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

jueves, 19 de junio de 2014

Más unipersonal imposible.

Dos amores. Dos amantes. Unidos. Pegados. Tan enamorados ellos. Han hecho lo que nadie. Se unieron más de lo que la miel une a las abejas. Más de lo que dos labios sellados representan.

Una cálida hoguera en una cabaña cerca de un lago.

Él se llovió sobre ella toda. En respuesta, ella se nevó sobre el pecho de su amante.

El amaneció sus manos en las noches de ella.

Ella anocheció sus besos en los días de su compañero.

Así, en una cama con colchón sobre paja, ambos se relampaguearon mutuamente hasta el clímax.

miércoles, 18 de junio de 2014

Bajo algo.

Los amantes son capaces de besarse bajo el trueno, bajo lluvia, bajo oleadas de calor.

Se besan bajo hielo, nieve, viento y marea sobre el barco.

Pero bajo la tumba no se besan. Sólo duermen mientras el retrato eterno del atardecer los ilustra en la moribunda pintura.

domingo, 15 de junio de 2014

Antiguos Yis Ir.

Iletrado, decían los antiguos Yis Ir, no es aquél que arraigándose en su analfabetismo desconoce las maravillas escritas. Más bien será aquél que conociendo al pie de la precisión los símbolos, uno por uno, los desprecie y olvide.

Si por fuerza mayor de un golpe en la cabeza, un miembro de la civilización olvidaba lo aprendido, quedaba desletrado. Se sometía a recuperación de los símbolos o bien a nueva adquisición de ellos.

Por gusto y voluntad resultaba difícil que uno olvidase toda la sabiduría registrada, pero no lo exentaba de despreciar obras de nueva creación.

Iletrado era, en sentido estricto de significado, aquél que se separaba voluntariamente de los registros, de la historia, de los libros y toda creación literaria.

Por omisión, los que aún no eran aptos para comprender el conjunto de símbolos eran más bien (y mejor dicho) ignoradores innatos de la riqueza escrita. A éstos se les perdonaba la falta, puesto que todavía tenían que conseguir la herramienta para fabricar el tejido del conocimiento.

Finalmente, los desletrados por castigo de consejo, los peores, tenían terminantemente prohibido acceder a cualquier fuente de información, en consecuencia de algún acto destructivo previo. Si atentaban con mirar a escondidas algún libro se les quemaban los ojos. Los oídos eran incinerados si escuchaban alguna historia importante y la boca cosida si compartían información a los ignoradores innatos.

El castigo más cruel era el de las manos. Si los desletrados osaban escribir algo nuevo, éstas eran separadas de sus cuerpos originales y servían de exposición en museos horrorizantes donde se contaba la historia del perpetrador y por qué había terminado una parte de él allí.

Alguna placa mostraba: Desletrado por destrucción de libro. Intentó escribirlo de nuevo.

sábado, 14 de junio de 2014

Velocidad.

Las letras corren y mete usted velocidad con los ojos cada vez que lee. Puede echar reversa y verificar, con reparo, que las letras que rebasó unas líneas antes siguen allí, intactas. Es sólo que no me haré responsable de sus accidentes cuando ignore los signos de puntuación. Es crucial respetarlos para otorgar al lenguaje gracia y estilo. Corra, pero con cautela. Corra. Siga. Lea más rápido. Ahora con más intensidad. Pronuncie. Enuncie. Lea. Siga.

Cada vez que urgtapimxpim!!,.

(Se lo dije, se pasó un punto y aparte. Ahora nunca sabrá qué iba a encontrar en esa frase).

lunes, 9 de junio de 2014

Muerte instantánea.

Ayer la muerte se tomó una instántanea en plena tormenta. Cuando al fotógrafo le cayó el rayo, ella sonrió.

domingo, 8 de junio de 2014

Apariencias.

Un "smoking" caminando dentro de un edificio y un vestido que entra sigilosamente en el ascensor. Las voces se desvanecen, cada vez más transparentes, más diáfanas, menos presentes. Pronto los maniquíes de los centros comerciales cobran vida y caminan sin hablarse, sólo buscando fundirse con los envoltorios de la tienda. Los rostros realmente están desdibujados y uno sabe que alguien sonríe porque los músculos contornean los maxilares y los pómulos. No hay ojos para ojos ni voces para oídos.

Etiqueta saluda a otra etiqueta.

Somos la frágil tela que llevamos, hasta que desaparezcamos y quede una montaña llena de cuerpos desnudos. Los atuendos nos sobrevivirán y entrarán en sociedad.

viernes, 6 de junio de 2014

Esas letras comestibles.

Si de leer sólo se tratara, las palabras llenan de buena dicción los ojos de cualquiera.

Si de usar la voz se trata, una oración neutral puede estropearse por completo o iluminarse ante los oídos de todo mundo.

Si de leer se encuentra uno mañas, no hay peor tal que atragantarse con los signos de puntuación y eructar faltas de ortografía.

jueves, 5 de junio de 2014

Incongruencias de la poesía.

Dormir los panes y arroparlos en la mesa para después tomarse un sueño.

Cantar a las frutas para que crezcan más rápido y alimentarse con óperas de cámara.

Dibujarse un niño en la entrada e instruir pinturas para que se comporten como deben y que nunca abandonen sus cuadros.

¿Cuáles sino éstas, incoherencias de la poesía, nos llevan más ventaja que una prosa tristemente narrada?

Entenderemos, musa, las letras como efectivos dardos y las palabras como el veneno que lentamente nos transforman en criaturas bellas y oscuras del lenguaje.