Hay una narrativa que insiste en corregir las historias que ya existen. Numerosos cuentos que han sido desarmados para editarse y volverse nuevos. De esta suerte, se han parado varios oradores en la calle a vender estas historias copiosas por algunas monedas de oro. Así los cuentos van volviéndose otra cosa:
Tal cual, un descuento, porque del original ya no se sabe mucho. Y de tanto descontar las letras, nos quedaremos cada vez con menos cuento y más espacio. Y sí, el libro de los descuentos será un montón de páginas con líneas pormenores que luego se van a ir a vender, durante un perverso acto de translibrismo, en refranes.
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