¿Qué se siente caerse por el vacío? No pienses en el momento en el que te estampas contra el suelo. No pienses en ese momento. Debes sentir el vórtex en el estómago mientras vas hacia abajo, rumbo a la liberación. Debes sentir ese miedo que dura toda la caída, porque cuando te estampas ya no sentirás nada. Debe ser horrible. Más si vas a caer desde muy alto. ¿De una azotea, tal vez? No creas que el pasto es más suave desde esas alturas, aunque allí debes apuntar. A lo verde que hará muy buen juego con el rojo.
Se nota que no puedes más. Estás por soltarte. No hay nada que puedas hacer para remediarlo. Finalmente te rindes hacia el umbral que está más abajo, María.
Caíste María. No dolió mucho, ¿verdad? Estás lista para recorrer la boca de algún niño hambriento, linda y jugosa manzana.
(Jamás entendí el extraño hábito de ponerle nombre a todas las manzanas de nuestro árbol de azotea).
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