Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Caminos.

Un paso y otro.

Así se acercan los caminos, con gracia y estilo natural, con elegancia a pesar de estar tan transitados. Con sus rocas y guijarros, con grietas de años, con cicatrices de niños que jugaron.

Tus pasos ya imprimieron guía en la banqueta, en la tierra, en la hierba. Se acercan sin ti cada vez que ando cerca de ellos. Impresiones del tiempo, con agua, con lodo, con fuerza, sin olvido.

Se abre el sendero para dejar ver un molino hecho añicos. Sí, años sin importancia, nimios, con rocas cuatrapeadas que hacen del escombro un poema deconstructivista. Pasos pequeños de hormiga y una ciudad secreta entre las ruinas.

Caminos discretos de pueblo empedrado que te acercan a una ventana, a los amoríos de provincia, a las serenatas de madrugada y a las historias de los ancianos. Allá una mancha que no se quita con nada, porque es la piedra que no quiere olvidar el drama.

Llevan eco los suelos: de saltos, de patadas, de cabalgadas. Huellas del hombre y su animal inseparable cuando remontaron marcha hacia arriba en el cerro, para esconderse de las balas. Navajazos de machete que aún se oyen en la piedra labrada.

Ir descalzo por la tierra sagrada, pagando en cada paso la sangre de la vida. Se vuelve duro el piso, se hunde otras veces, se revuelca y revela unas cuantas agonías, porque en cada paso se sufre y en el otro se olvida.

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