Descubre el velo de la oscuridad
sagrada en un dolmen de frío
cuya efímera nostalgia turba la impaciencia
del dolor acrisolado, perfume fino,
digna habitación saliente cuando
tu silencio y el nido de amalgamas
con hiel y fuego deconstruido,
vacía el alma.
Emana colores invisibles,
pues la luz iracunda enfebrece
un sonido, una sutil arbórea
conspiración de los desgastados
sonidos sin raíces.
(Confundido lector, no tratéis de entender este antipoema, la verdad no tiene ningún sentido. Dicen algunos arrogantes poetas expertos que vos le encontraréis una interpretación. ¿Me preguntáis que cómo surgió? Abrí el diccionario en páginas aleatorias y luego metí las palabras a un molino).
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