Hubo poeta homenajeado
que a toda damita halagaba.
A todas consentía, sí
con una poesía de maravilla.
Tanto amor escrito,
mucha labia bien dirigida.
Verbosidad excesiva
y amor prometido.
Hablarles con gracia
y delicia.
Pero un día el holocausto,
de la presencia multiplicada.
Ellas quemaron las cartas
y las flores a la deriva.
Un poema vigente hoy en día
que se repetía.
Para ayer, mañana y hoy servía.
Mal día, sí
pues el poeta descubierto
era de vil utilería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario