Como todos siempre tienen algo que decir, es absurdo pensar que exista ser humano alguno sin palabras. Si no produce voz alguna, lo escribe. Si no lo escribe, lo canta oralmente y luego baila. Si lo vive, lo cuenta. O lo inventa. Luego llegan las musas y te jalan las orejas para que un libro aparezca.
Si no lo cuenta no vale. Si vale mucho, lo cuenta con detalle. Si lo cuenta sin valor, puede que nadie baile. Para contar sólo faltan las ganas. Para adornar hacen falta días, noches, café, sueños, parpadeos y terquedad. Para llevarlo a muchos ojos hay que seguir contando.
Contarlo cualquiera puede. Desvelarse también. Contarlo bailando y bailar para que alguien más lo cuente es otra historia que aún no nos han contado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario