Por el túnel avanzaron lentamente los malditos, sigilosos. Utilizaron además el cliché del caballo de Troya: venían ocultos en algo, bien escondidos. Y la fortaleza impenetrable aceptó sencillamente el regalo. Todo comenzó en la noche, una vez instalado el regalo, los traidores comenzaron a salir como las hormigas del hormiguero. Se dispersaron lo más rápido que pudieron. Sangre transparente corrió por los túneles. Los defensores caían en un charco que parecía agua, su sangre pura. La oscuridad no dio grandes ventajas y la situación se llenaba de brazos mutilados, de ojos, de comida tirada, escombros, estructuras severamente dañadas por las filosas armaduras de los intrusos. El túnel pronto comenzó a estar infestado de horrores y de cadáveres gelatinosos con miembros que se desintegraban. No los he visto, pero los he sentido. Los pies descalzos de algunos defensores que se escondían sólo pudieron maldecir ese día.
No todo estaba perdido, a pesar de que el ejército defensor disminuyó. Pronto se envió voz al Gran Guardián. Y el Gran Guardián mandó alarma al dios correspondiente. Las armas rápidas son poco letales pero fastidiosas y las armas lentas que tardan mucho en prepararse y cargarse son el holocausto. Desgraciados infelices que sólo buscan la invasión, venían armados con unas criaturas de colmillos del filo de un bisturí, masticaron cabezas inocentes, destruyeron valiosa arquitectura. Los defensores sólo contaban con escudos sencillos y barreras. No obstante, cuando la voz llegó al Gran Guardián se iniciaba ya el proceso del manantial ácido, proyecto que si bien demora un día entero en recargarse, quema vivos a los intrusos sin dejar rastro alguno. Lo mejor: se aprovecha ese licuado mortecino para mejorar las defensas. Y he allí los activantes, los espías con ojos que hacen ignición de fuego en la oscuridad, que ven a través del negro más negro.
El imperio esofágico, el imperio digestivo. Victoria segura. ¿Alguna analogía? Virus, leucocitos y gelatinosa textura de millones de células en movimiento. Cerebro es igual a Gran Guardián. ¿Y el dios correspondiente? Sapiens, sapiens que escribe y que cuenta la batalla.
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