Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

domingo, 30 de diciembre de 2012

Brindis.

Servid la neblina en copas.
Beberla para que me deje medio ciego.

No quiero saber lo que hay delante.
Haced brindis conmigo.
Con la neblina.

¡Por la incertidumbre y la duda!
Que el que mucho sabe, poco adivina.

¡Por el misterio y un desliz destino!
No quiero mirar más allá.

Servidla ya mismo ahora.
Brindad conmigo y por la adivinanza de fortunas.

Chocad las copas a poco, lento.
Susurro de cristales que se tocan.

¡Por el espejismo de una dulzura!
¡Por la silueta de un camino!

Brindad con neblina pura.
Y llorad por nada, con premura.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Sírvame la palabra.

Y así, con semejante peligro desenvainado, caballero respetable, no me puedo creer que queráis poner por delante la palabra. Así, vuestra merced, con la mano temblando sobre el tahalí y una mirada de daga en mi frente. ¿Cómo puedo confiar si desde antes ya habéis hecho deslizar la espada, cuyo trueno metálico calla de inmediato cualquier boca y desazona algún diálogo que nace?

No. Vuestra merced mata ya todas las plumas de más refinado plumaje y escritura en cuanto sostiene la empuñadura de ese artilugio que escribirá, sí, pero con sangre las tierras.

lunes, 10 de diciembre de 2012

No soy yo, eres tú.

No es el frío el que consumirá un incendio del deseo de amar, pues apenas brota la chispa, la soledad que me envías lo extermina.

No es tampoco la lluvia la que inunda la arquitectura del alma, es más bien la tristeza que mandas el mar salado de llantos y sollozos nocturnos.

No es mucho menos el viento el que me arrebata esas ilusiones postergadas, sino tu bofetada de ingratos recuerdos.

Menos es el sol el que entibia este aferrado cuerpo en los días de invierno, sino tu débil esperanza como una vela larga que se consume y todavía no acaba.

En resumen, musa imaginaria, dictadora del destino y escritora de mis romances, en cuestiones del amor no soy yo. Eres tú con tus celos fantasma la culpable de esta irreal y desierta desgracia.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Soneto VIII

-- Soneto VIII --

Tened de cierto, musa, la certeza,

que nacen estos versos no del alma.
Brotan destos ojos al ver el alba
do conviven la gracia y la belleza.

También sabed questa dulce tristeza

carga no sólo la quietud y calma.
Saladas lágrimas igual empalma,
al igual que mar en rocas pureza.

Aún muerta, nocturna la esperanza

escribe con fuego la poesía
de ti, musa, que te olvido a ultranza.

Sabed que el pecho late todavía

repleto como luna, de añoranza
mas blanco y gris, como tu luz sombría.

Froilán de Asgaroth.

jueves, 25 de octubre de 2012

Soneto para un beso guardado.

En virtud de tu sonrisa carmesí
he de convertirme fiel ladronzuelo
labios tuyos robar con gran anhelo
y derretirlos en suave frenesí.

Guardarlos luego dentro del vellorí,
tentar mi voluntad con dicho anzuelo
ir de bruces al romance, pañuelo
consumido entero en el alma aquí.

Devolverlos por dos cielos tus ojos
mas de tu rostro la sutil fragancia
para no guardar del amor despojos.

Huir con gesto de cruel arrogancia
impresos en mi sed tus labios rojos
y quererte, bandido en la distancia.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Fragmentos.


Hoy no hay rimas, ni métricas, ni estrofas compositivas.
Lamento de violines en el eco del viento.
Se perdieron algunas palabras en aquel viejo diccionario.
Se vinieron abajo los poemas románticos.
Los besos de las musas ya no saben igual.
Algunos amantes se odian, duermen en sillones.
El frío agujera los huesos.
Hoy no hay poesía, ni prosa continua, ni dramaturgia.
Pocas palabras para enunciar.
Sin tristeza, tampoco felicidad, mucho menos ímpetu.
Cierta dosis de olvido, un fragmento de lucidez.
El cerebro engaña con palpitaciones.
Los sueños son reales y la vida es falsa.
Hay que conseguir un seguro que cubra apatías.
La muerte está aburrida.
Sirvan nubes bien cargadas en copas.
Embriagarse con lluvia para luego llorarla.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Insomnio.


En esta muerte duerme
cuando sueño, la conciencia tangible
que no deja moverme
me hallo impasible,
y vivir se me vuelve imprescindible.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Universo

¿No será que el universo habita nuestras cabezas?
Cada una alimenta sus propias galaxias.
En la cabeza tenemos pues, el cerebro lleno de órbitas y lunas.
Cuando sentimos que nos roban las ideas es porque el planeta de la cabeza de un amigo se acercó mucho a nuestro sistema.
No sólo cada una es un mundo, sino un universo.
Los pensamientos son planetas y los sentimientos nebulosas que luego nos confunden.
¿No será que al besarse los amantes se permiten aterrizar mutuamente en planetas desconocidos?
Ello lleva a paraísos verdes o a destinos de locura, con agujeros negros que luego los consumen.
Tan grandes y tan pequeños, pues los hombres contienen universos enteros que a su vez contienen más seres.
¿Soy solo una idea creativa o el principio del infinito hacia ambos extremos?
El cerebro réplica perfecta es del espacio, pequeño y enorme simultáneamente. Insignificante y grandioso.

martes, 18 de septiembre de 2012

Pluma y espada.


La pluma es en realidad un arma,
una espada de la conciencia
y con la razón de escudo
enfrentamiento seguro,
contra indiferencia.

El pergamino entregado
a un vasallo leal de buena estatura,
guiarle ha por buen camino
y sosegado de mente
acometer su destino
con convincente literatura.

Mas si ha de fallar,
la letra de negro sangrada
desenvainará la daga
para hacer entrar por fuerza
lo que no pudo la palabra.

Por ello debe tener más filo,
la poesía,
en la punta de pluma engarzada,
para matar toda esperanza
de una posible encrucijada.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Leuksna (Luna)


Te acaricia la luz en tu blanca piel.
En tu sombra hay refugio.
Media cara y a medio eclipse,
los amantes y sus siluetas.

Fría laguna en la que te bañas.
Qué raro el mundo,
pues para tus habitantes,
la inspiración es azul, verde y sepia,
con destellos de blanco.

¿Qué poeta te escribirá ahora?

Nadas entre soles,
y de millones,
sólo uno te provoca.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Ojos


En tus ojos, cielo, está el universo.
Perderse en ellos entero es regalo y suplicio.

Devoran belleza y con razón son hermosos.
¿Cómo bajar estrellas, si las tienes ya en la pupila?

En tus ojos, noche, nace la luz.
Embriagarse con ellos es perder razón y ganar locura.

Abiertos, bello abismo. Cerrados, invitación.
¿Cómo encontrar sueños, si están todos en tu iris?

En tus ojos, mar, navegan ilusiones.
Naufragar en ellos es desgracia fortuita.

Son ladrones furtivos de un enamoramiento.
¿Cómo tener alma, si la robas cada instante?

En tus ojos, ángel, me cautivas prisionero.
Esclavizarme de lleno para no ser libre.

Más dichosos en cada lágrima.
¿Cómo no sentirán envidia los aliados del paraíso?

En tus ojos, infierno, me quemas vivo.
Torturarme en su impenetrable túnel.

Son creadores de envidia y desasosiego,
¿cómo no desearlos si no los tengo?

sábado, 15 de septiembre de 2012

Saturno


Tiempo de dioses, titán.
Prepárate Crono, que te destierran.
Castigas a los hombres,
no les alcanza el día.

Vendrán del cielo los rayos,
sangre de tu sangre te quitará la vida,
y tampoco tendrás indulto,
como no perdonaste a Urano.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Soneto III (Hadas)

Bendicen con sus pies las hadas, agua,
purifican manantiales con su piel.
saben los misterios del amor más cruel,
y avivan corazones como fragua.

Traviesas hunden frágil la piragua,
juegan desnudas, dulces como la miel,
son al bosque de bella presencia fiel
y ocultan sus sonrisas tras la zagua.

Entre risas y cantos anochece.
Mas la danza sigue sobre las flores,
Aman, sensuales, su cariño crece.

En penumbras olvidan sus temores
ya si aquel tierno fresno reverdece,
danzarán mañana de mil amores.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Espejos.



Susurran las lenguas ocultas que los espejos son siniestros.

Que esconden verdades y revelan secretos.
Matan curiosidades y despiertan egos.
Desarrollan princesas y asesinan soberbias.
Confiesan recuerdos y moldean las formas.

Se quiebran, maldicen, te roban un año de vida.

Desde el otro lado viven sus reflejos.
Imitan realidades y te miran a tus espaldas.
Allí quedan atrapados tus cientos.
Y en tu soledad ellos te miran.

Lloran lamentos de tus lágrimas frente a ellos.

En el fondo no son tan oscuros.
Te conocen como ni tú lo sabes.
Son sólo una porción, extremidad tuya.
Dueños de tu presencia y de tu tiempo.

¿Eres tú o una réplica de cuadro perfecto?

Al final su material es incierto.
Cantan las tribus que el primero de ellos
se hizo con agua, humo y luna como primer elemento,
más el alma de mil hombres atrapados dentro.

Se cubren, bendicen, te obsequian un año de vida.

Cuentan las sagradas lenguas que son un misterio.
Si maldices, monstruos se van construyendo.
Si paz describes, son fieles compañeros.
Al fin y al cabo, tú los alimentas siempre a tiempo.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Caminos.

Un paso y otro.

Así se acercan los caminos, con gracia y estilo natural, con elegancia a pesar de estar tan transitados. Con sus rocas y guijarros, con grietas de años, con cicatrices de niños que jugaron.

Tus pasos ya imprimieron guía en la banqueta, en la tierra, en la hierba. Se acercan sin ti cada vez que ando cerca de ellos. Impresiones del tiempo, con agua, con lodo, con fuerza, sin olvido.

Se abre el sendero para dejar ver un molino hecho añicos. Sí, años sin importancia, nimios, con rocas cuatrapeadas que hacen del escombro un poema deconstructivista. Pasos pequeños de hormiga y una ciudad secreta entre las ruinas.

Caminos discretos de pueblo empedrado que te acercan a una ventana, a los amoríos de provincia, a las serenatas de madrugada y a las historias de los ancianos. Allá una mancha que no se quita con nada, porque es la piedra que no quiere olvidar el drama.

Llevan eco los suelos: de saltos, de patadas, de cabalgadas. Huellas del hombre y su animal inseparable cuando remontaron marcha hacia arriba en el cerro, para esconderse de las balas. Navajazos de machete que aún se oyen en la piedra labrada.

Ir descalzo por la tierra sagrada, pagando en cada paso la sangre de la vida. Se vuelve duro el piso, se hunde otras veces, se revuelca y revela unas cuantas agonías, porque en cada paso se sufre y en el otro se olvida.

martes, 11 de septiembre de 2012

Danza y corola.


¿Ves ese bosque sin árboles, diminuto y verde?
No es una pradera, ni son flores,
son los vestidos de millones de bailarinas.

Para danzar con ellas baste que te tumbes al suelo.
Míralas, cómo te inundan de azul, violeta y rojo.
Pícaras, se te suben en las mejillas.

No es el viento que las inclina,
más bien te hacen reverencia,
como en cualquier danza.

Y ese viento quiere arrancarle el vestido a una,
se la lleva volando a soñar
cerca de las nubes y lejos de ti.

martes, 4 de septiembre de 2012

Entre el cielo y el infierno.

Le temes al infierno, pero olvidas que reviviste los fuegos y te quemaste de celos, ardiste en plena envidia.

Clamas por el cielo, pero olvidas que fuiste cientos con el alma en la mano y besos en la boca con sabor a orquídea.

Cuestionas el purgatorio, pero aquí mismo has sufrido la desdicha cuando te arrancaron los latidos del pecho.

Buscas lo que ya has probado sin darte cuenta. ¿Para qué seguir buscando?

Sólo llama a tu Belcebú correcto, a tu santísima figura hecha carne o a tu verdugo de amor que te mate por episodios, hasta que no sangres rojo sino translúcido linfa, signo de tu alma vacía.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Otro cielo.

Es otro cielo el que me escribe esta noche,
una historia llena de estrellas y voces.
Con su ojo de luna que parpadea entre las nubes.

Otro cielo es el que condensa nuestras conversaciones,
Llora, ríe, grita y salpica las vidas
de los poetas en su bohemia danza de palabras.

Tiene este cielo aroma de versos que nacen,
cuya sonrisa es corazón de los labios,
dichosas pronunciaciones que los producen.

Es otro cielo el que me escribe esta noche,
sellando con su melancolía y grabando
con tinta indeleble de cúpula celeste
ese ritual de palabras dentro de cada poeta.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Cómplices.

La madurez falla repentinamente. Después de ver todas las caras grises, el ir y venir del tiempo lleno de displicencia urbana, quieres volver, por unos instantes, a la belleza de la imaginación con tus cómplices de niñerías.

Olvidar que el alcohol y el cigarro son juguetes diseñados para el hombre. Rodar ese día colina abajo en una pradera, descalzo, como si el sol se congelara en una pintura para que no se hiciera noche nunca más. ¿Qué más da? Sostener la mano de tu mejor amigo y adivinar los secretos de las nubes.

Intercambiar la sangre diaria por el majestuoso tapete del bosque. Tener un cómplice de niñerías, donde los ojos sean espejo de ti mismo. Estar vivo sin cargar los muertos del mundo en la espalda todo el día.

Hazte de la pequeña utopía en una bolsita y convídame, cómplice de niñerías.

martes, 28 de agosto de 2012

Agotarse de sentimientos.

Los sentimientos son un recurso no renovable.

No hay tristeza que dure cien años ni poeta que la resista.

Ya sólo te quedaste llena, como la luna, de cráteres vacíos. Todos aquellos choques, ¿recuerdas?

Nada más sientes cómo te alejas cada vez más de la órbita romántica.

¿Llorar? No, ya no se puede llorar. Ya no puedes porque se te salió, por los ojos, el alma a pedazos.

lunes, 27 de agosto de 2012

Antes.

Olvídame antes de que me conozcas, no sea que después ya no te puedas salir de la historia.

Antes, cuando sólo éramos un par de extraños salidos de dos realidades distintas. Antes, cuando una mirada sólo adivinaba lo que éramos sin espiarnos realmente.

Olvídame antes de que sepas quién soy y ya no sea un extraño que sólo transita por las calles.

Antes, cuando nuestras burbujas espaciales de aura no se tocaban. Antes, cuando pensaste que era ridículo y absurdo conocer el misterio de nuestras vidas.

Idealiza tus historias con mi figura, sin conocerme, porque antes todos somos caballeros de aventura y después unos hechiceros malignos.

Olvida esa idea y conóceme en tu mente sin conocerme realmente.

Quédate así, con el antes, donde soy el misterio y no tu realidad condenada.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Desaparecen los cupidos.

Al principio él creía en el amor, esa magia misteriosa que todo cura, compone y sana. Pero el amor es también guerra, lucha, delirio y suplicio. Y como el corazón es una casa donde se asoman unos niños, también puede derrumbarse.

...

Después de algunos años, desventuras y deterioros, él mantuvo a los niños cautivos durante mucho tiempo. Dos años. Encerrados, jugando inocentemente en el interior, discutiendo en otras. "¡Quítate esas alas!", decía uno, refunfuñando. "La obra ya terminó, el amor ya pasó". Como nadie visitó la casa en mucho tiempo, los niños comenzaron a volverse desconfiados, ermitaños, temerosos, odiosos cuando les llegaba el periódico de algún estúpido anuncio sobre los cupidos y el amor verdadero.

Y ese es el problema, los niños ya no quieren jugar, nada más se la pasan merodeando por las arterias y luego las tapan. Él deja que se destapen solitas, cuando llueve sobre la nariz y los labios. Para eso es la lluvia.

A veces llegan por correo algunas alas de repuesto, como invitación de cupidos, pero desaparecen sin dejar rastro. Uno de los niños se la pasa diciendo que le quitará las alas a un cupido para que tenga los pies sobre la tierra. Luego lo invitará a la casa a jugar y a que vea la soledad.

Y ese es el problema, los niños cada día se vuelven más ermitaños y groseros. Abren la puerta unos milímetros cuando ven una sonrisa de alguien que toca, pero luego la azotan porque descubren que es una hipocresía. Para colmo arrojan por la ventana algunas botellas viejas con ingredientes que estaban en la cocina.

La casa ya tiene alambre de púas y algunos vidrios en los muros. Arrancaron los tapetes de bienvenida y quitaron las señales de cómo llegar a la sala de huéspedes. Luego desaparecen los cupidos. Los niños se vuelven sombríos. A poco, se pondrán otras alas tristes que no sirven para volar e invitarán a los demonios del amor fallido para jugar con ellos.

Vuelve a llover, y aunque la casa se limpia un poco, los niños no quieren asomarse para ver el sol después de la tormenta. Cubrieron con un ropero gigante las dos ventanas de la sala. Cuando los rayitos de luz asoman por algún rincón perdido, todos se sientan alrededor de un baúl y cuentan sus historias de cómo jugaban con las niñas que venían de visita. Sonríen imperceptiblemente. A uno se le ocurre, inocentemente, quitar algunos escombros del jardín, pero le da miedo el exterior y se encierra de nuevo.

Lástima que se tapen las arterias tan seguido.

Ayer uno mandó un avioncito de papel, aprovechando que los demás no lo veían. Lo envió al exterior, con la esperanza de que no siguieran desapareciendo los cupidos. Horas después, se desplomó la habitación donde estaba. Salió de entre los escombros, malhumorado, sucio, lleno de sangre y raspones. Maldijo las alas blancas que usó hace mucho tiempo y las rompió. Extrajo su arco del baúl y atravesó con una flecha el aeroplano que se alejaba, para verlo caer en una charca lodosa del jardín.

Y ese es el problema, los niños ya no sólo no quieren, sino que no pueden jugar. No hay espacio para ellos en la ficción del amor. No deben. Y cada día se ponen más groseros, ermitaños, detestables, mugrosos. Luego tapan las arterias deliberadamente.

Hoy cruza por el cielo una niña resplandeciente del exterior, con sus alas recién colocadas, limpias. Baja y se queda en el jardín, traviesa. Todos los niños sin alas la miran con displicencia. Ella les sonríe. A poco, como por milímetros, ellos sonríen también. Se quedan en sus ventanas, no salen a jugar, y uno a uno se esfuman al interior. Ella se va y sólo uno permanece mirándola. Cierra la cortina de un tirón y segundos después él desea que la casa donde habitará ella esté llena de dicha, que no se derrumbe y que no desaparezcan los cupidos.

jueves, 16 de agosto de 2012

Pensamientos sobre el teatro.

Allí en el teatro eres invisible, te ríes, lloras y vives con el personaje. Ves el rostro de los demás, desde arriba, en secreto. Los actores, ellos lo saben, pero no los de la historia. Y se funden entre el delirio, la esperanza, la felicidad, el desamor, la muerte.

Armas después el rompecabezas de la vida de todos. De ellos que se destruyen y desaparecen atrás del telón. Luego salen otros, sonriendo al final de la obra, desposeídos de los que interpretaron. Recuerdan conscientemente todo.

Intentar hablarles está prohibido, al menos bajo el primer principio tradicional. Fuera del contexto no los conoces, sería un error creer que sabes algo de ellos. Se siente la ruptura espacio temporal cuando finalmente abandonas el teatro.

En el gran teatro del mundo somos los personajes para las almas que no podemos ver. Y se ríen con nuestros triunfos, lloran con nuestras desgracias y nos hablan aunque esté prohibido, sutilmente. Este guión no está escrito todavía.

A veces dan ganas de cambiarles el guión, o dan ganas de meterse en el tiempo congelado de la obra. Todo el tiempo somos observados. Ellos viven sólo allí, porque por las noches cuando el teatro está abandonado se pueden ver sus fantasmas rondando el escenario.

Voy y busco a mi personaje favorito, sólo está la mujer que le da vida. Algo brilla: son fragmentos de su interpretación que se le escapan por la piel, el cuerpo y la boca cuando menos lo espera. Y por otra parte, en el teatro a oscuras, ella, la del conflicto, se comporta como una completa desconocida y no sabe por qué. No hay forma de unirlas. Nunca. Porque la actriz está cenando mientras ella (su personaje) se repite una y otra vez, indefinidamente.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Esa tilde juguetona.

Sólo sé que estoy solo,
solo entre las hojas de naturaleza muerta,
sólo me quedan las páginas de aroma de libro,
solo entre tanta literatura.

Sólo quiero estar un rato solo,
no sólo una hora, sino un día,
solo en la soledad de lecturas de agonías.
Sólo no me dejen solo tanto tiempo.

martes, 14 de agosto de 2012

Poema ingenuo de lluvia y piel.

Báñate bajo la lluvia como en aquella primavera.

El regalo tibio de la amargura de las nubes.

Cuando rocen tu piel bendecirás las gotas, ángel de la tristeza.

La túnica pesa húmeda, despójate de tu carga.

Envuélvete mejor en tus propias alas.

Y llora al fin, que nadie te mira en el diluvio de tu alma.

lunes, 13 de agosto de 2012

Elucubración.

Los buenos escritores, los malos escritores. Me quedé pensando en esta dicotomía y no doy de manera precisa con la respuesta. No hay respuesta, porque también pienso en los buenos y malos lectores. Unos dicen que hay que escribir para provocar, de manera sencilla y amena. Y voy recuperando poquitos consejos de aquí y de allá, sin llegar a una receta magnífica.

En México les gusta, por ejemplo, enmarcar y ensalzar la oscura realidad de las transgresiones del país y las peores condiciones. Que lo hacen para provocar y crear conciencia, dicen. Es la realidad aumentada con la lupa del que escribe: una violación, la personalidad de un asesino, las drogas y la interminable guerra que siempre está en repetición y "loops". La sangre, la muerte, el sexo, la traición y las mentiras. Y al mexicano le gusta, le llega, lo analiza y critica. Por allí saldrá alguno que diga: "yo conocí a un dealer como el de esta novela".

Además la mayoría disfruta de esa representación de realidad aumentada. Odian el escape hacia los mundos mágicos de otros escritores. Aquí se vive al día, con las noticias de la mañana oliendo a morbo, a grosería y a otra estúpida muerte. Si alguien escribe un análogo de "Alicia en el país de las Maravillas" es porque seguramente ya se metió marihuana o alguna otra cosa que lo zarandeé más fuerte. Y de repente la fantasía es literatura para enfermos mentales, porque nos obligan a quedarnos con un México lleno de gusanos putrefactos. ¡Qué bien! Una novela que me habla de la corrupción (ya es cliché, desgraciadamente) en esta política, como si no fuera suficiente vivirla día con día. Lo malo no es la novela, sino su copiosa insistencia en otras muchas de lo mismo, que ya ni provocan ni nada porque eso es lo normal.

De niños nos enseñan los mejores cuentos con finales felices, la magia y el deseo, la posibilidad de un sueño hecho realidad. Y de pronto, al crecer, nos guillotinan de tajo para rellenarnos con más muerte, drogas, dinero robado; de allí podemos sacar muchos temas a las novelas de hoy en día. Todos nos alimentamos, en mayor o menor medida y sin querer, de una escena con sangre que ya salió en la portada del periódico.

Creo que nos hemos hecho pesimistas. Nos han metido en la cabeza que conociendo muchos ejemplos de lo que sucede vamos a crear conciencia. A base de golpes de morbo. Quizá he sido mal lector y no he sabido apreciar esas realidades, porque me he quedado con un mal sabor de boca. Tal vez he sido mal escritor y no lo sé, ha habido pocos que me han hecho críticas.

Recuerdo que solía escribir con muchas redundancias, con palabras pomposas y adornadas, como si eso fuera a sorprender a los lectores. Y luego el abuso de eufemismos, porque me sonaban obscenas las palabras como puta, chingada, sangre. Ya olía el líquido rojo nada más de leerlo, y era fétido, pesado, asqueroso. Quizá he sido mal escritor por no provocar, por refugiarme como un egoísta dentro de los temas que me enseñaron de niño.

Ahora me parece que a los niños se les construye un mundo ficticio: una isla, unas alas, unas casas en el árbol, magia en los corazones. Por otro lado es de adultos amar, sufrir, matar, mentir, disparar una pistola, fumarse un venenoso cigarro y tratar a todos como perros. Y algunos mexicanos gozan de esta parafernalia. ¿Por qué el personaje va a tener un final feliz si todos tienen una vida de mierda, insatisfecha? Si ademas así es el amor, una falsedad que siempre termina mal, dicen. Dales sueños a los niños y luego arráncaselos cuando vean dónde y cómo se vive.

No voy en contra de estar al pendiente de la situación del país y de confrontar las malas realidades, pero sí me doy cuenta que cada cual tiene su escape: la tele, el fútbol, las revistas, los amigos, los libros, la escritura, el arte. Y en cuanto a los libros, me parece que efectivamente no logran disfrazar ni amenguar la realidad. Por ello salieron esas diatribas contra los de autoayuda, por sonar ridículos en este paradigma de la sociedad maldita, los esquemas contrastantes entre pobreza y buena vida, hambre y diputados con cortes de pelo de diez mil billetes. "Sea feliz", dicen, en un mundo donde todos te arrojan excremento.

Y me surgen en la cabeza temas como los de los escritores que no maduraron porque se pusieron a redactar historias para niños. El sueño perdido, la ilusión inexistente, dicen.

Y me pongo a pensar que los escritores no son moneditas de oro, ni de plata, ni de estaño ni nada. Y ser bueno o ser malo es, entre otras cosas, condición en identificar cómo se sienten algunos lectores cuando lo leen. Algunos se van hacia ese escape: los personajes que le dicen que sea feliz, para olvidar que por la mañana apareció un colgado del puente porque era un soplón que reveló que llevaban una camioneta llena de cocaína. Porque sí, porque casi siempre la realidad apesta. Porque en el mundo hay "bullying" de adultos y hay gente que te sigue chingando como puede. O será que a algunos mexicanos les gusta ver cómo se joden otros.

Quizá hay que escribir para olvidar que, efectivamente, la realidad apesta a sangre, muerte y corrupción. Y si algunos escriben sobre eso, para no olvidar ser precavido ante lo deplorable de la decadencia y peor condición humana.

sábado, 14 de julio de 2012

Ellas.

Odiarlas porque después de varios y repetidos intentos ellas me devuelven una triste displiscencia.

Englobar en una sola a todas y odiarla de verdad, porque se ríen, te manipulan, se comen a sus compañeras con el ego, dominan, se creen supremas de la belleza de Venus.

Perdonar a las que no existen, que no conozco, que jamás conoceré, porque son prueba de cuentos y de un idealismo romántico obsoleto.

Despreciar a las que se pasean vanagloriándose de lo que cubre sus cuerpos, castigándolas con la evasión de la mirada, porque no son más que lo que se imaginan los que han sucumbido.

Escoger la foto de una al azar, entre diez millones de rostros y hacerle una historia donde sea lo que quiero que sea.

Olvidar a las que nunca respondieron ni para reconocer el riesgo, aunque después te cachetearan con una palabra.

Amar a esa que habita como fantasma y que me sigue a todas partes.

martes, 26 de junio de 2012

Algo de lluvia.

En la ciudad, ¿es correcto quejarse de la lluvia? Ay, inunda las calles, desborda las alcantarillas, entorpece el tránsito, humedece la ropa nueva, echa a perder las escondidas billeteras, salpica a los despistados, asusta a los perezosos, despierta a los somnolientos.

Y sin embargo, es inofensiva. Sólo empapa. No sabe que estás vestido. Molesta porque no estamos desnudos como esculturas griegas, dispuestos a llenarnos de placer con cada gota sobre la piel.

Llanto y lluvia se confunden. Y allí, detrás de la ventana, el que se moja es tu reflejo, incólume.

En el campo, ¿es correcto gozar de la lluvia? Sana las cosechas, inquieta la tierra, perfuma a los animales, tamborilea en el tejado, arrulla a los niños, purifica las almas, provoca nostalgia.

Y allí, detrás de la ventana, el que se moja es el viajero, mientras mira al interior una cálida hoguera de una familia que se sienta a la mesa para la cena. Su reflejo: al temple, indemne, escurriendo lluvia dentro de una cabaña desconocida.

martes, 6 de marzo de 2012

Falta de inspiración.

¿Y para qué escribir cuando no hay nada que decir al mundo? Cuando hoy es un día cualquiera en el que no cualquier tema se puede hacer literatura. Cuando deambulan la razón y la imaginación, una por contar hechos reales con pizcas de encantamiento y la otra por contar con demasiado encanto juegos falsos.

Escribir sólo por el placer de hacerlo, porque temas no faltan, sino una musa que saque las palabras en pergaminos y juegue con ellas antes de meterlas en un texto.

jueves, 16 de febrero de 2012

Encuentro casual.

Conocer a personas en la calle es todo un reto. No sabemos quiénes tienen malas intenciones, quiénes son ingenuos y quiénes sólo son distraídos que buscan una calle. ¿Qué impide la comunicación abierta, como en un "chat" virtual, entre dos pasajeros de un autobús? Aparentemente, los prejuicios, el aspecto físico, el temor y el estado de ánimo.


En el tren subterráneo se pasean personajes de toda clase. Los que te miran para incomodarte, los que venden, los que duermen, los cableados que escuchan música, los lectores y los reflexivos. Un día se subió una cantante de la escuela Tiempo Musical. Se movía entre los vagones interconectados, diciendo algunas palabras, e interpretando luego algún fragmento a viva voz, a capella.


La miré con esa displicencia que todos tienen cuando no se conocen entre sí. Esa mirada indiferente, ausente de sonrisas o de algún gesto bondadoso. La escuché primero parcialmente, pues las ruidosas llantas del tren a toda velocidad opacaban aquel arte urbano. Comprendí, después de un breve discurso de su parte, que pedía unas monedas a cambio de la interpretación. Después tuve, en una ráfaga de imágenes, la idea de que podía darme un concierto personal y pagarle lo justo.


Cuando terminó de pedir retribuciones, se sentó para esperar a que el tren llegara a la última estación. No le dí dinero. Me comporté como uno más entre las masas. Instantes después me abofeteó el destino y reaccioné. Me acerqué decidido a ella, con el miedo también de que fuera a incomodarse. "Hola", le dije.


— Hola —, responde.
— Sé que no es mucho —le comento dándole pocas monedas— pero servirá. Lástima que el ruido del tren opaque tu voz. Tienes lindo timbre y entonación.
— Gracias, de verdad.


Luego me mostró su tarjeta y me dijo que la buscara en la red social FaceBook. Así lo hice. La encontré y no había modo de agregarla. Envié un mensaje y nunca me respondió.


...


Apenas hace unos días dijo que no lo había visto y me añadió como amigo. La he visto una vez, hemos charlado cuatro o cinco veces y hemos formado un pacto "virtual" de amistad que se reforzará ahora que la vea de nuevo.


Quizá las monedas sean de poco valor, pero una amistad potencial no puede adquirir precio. Y así conocí a Scarlett, una vocalista de un grupo llamado Sueños Violeta. Todos tienen una historia que contar, pero todos tienen miedo de todos.