Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

lunes, 7 de septiembre de 2015

El baile.

Es todo un reto escribir algo donde ninguna palabra se repita. Verá usted, aquí en este texto eso no sucede, porque las piezas faltantes dejarían la composición en un estado algo inerte, surrealista. Hoy no. Hoy tenemos ganas de formar en equipos a las letras para que ejecuten una danza que nos tienen preparada. Hay que mirarlas de tal modo que les descubramos el ritmo: los del fuego, esos que le dan vueltas a la hoguera mística mientras sus mentes inquietas viajan a parajes insospechados. Fonemas, fonemas, rimas y versos que hacen eco en la oreja; oralmente ya están todos embadurnados de alguna sabiduría ancestral que se pega en el cuerpo.

Al poeta lo que es del poeta. Sí, veremos entonces palabras que se repiten una y otra vez para zarandear la mente. A fin de cuentas creemos (el poeta y yo, sin incluirlo a usted) que todo es un baile. No sabemos qué piense usted, pero a nosotros nos complace oír algunos decretos orales sobre la montaña, el viaje, el conocimiento íntimo entre una musa y su cuerpo. Si no nos alcanza el español, qué más da que usemos las contracciones dulces de otros lenguajes. Si no se halla rima con el rojo carmesí, es momento de robarle el ritmo a otra habla. Awasí, awasí. Significa lo que usted quiera, pues nosotros desconocemos el origen, pero nos encanta usarlo.

Verá usted que dichas palabras no deben entenderse con la mente racional, sino con el baile que se vuelve incontrolable dentro de su fuego interno, el que simula una pequeña hoguera de los remanentes guardados por la humanidad de muchos siglos atrás. ¿Nos concede una pieza literaria?


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