Lo que hace falta en esta sociedad es un manual sobre el comportamiento humano en la estructura urbana. Por principio de cuentas se devalúa al pobre transeúnte cuando se trata de adorar las máquinas. Allí tiene que ir el monigote, viboreando en zigzag, sorteando los cofres y esperando que las cornetas no destrocen el tímpano. Hay que notar el desequilibrio: un caminante contra un manejante no tiene oportunidades. Un conductor contra otro conductor es una propuesta discutible. Sin embargo, entre los caminantes las reglas deberían ser más sencillas.
Pongamos por caso la banqueta. Allí se emulan las circulaciones de los armatostes en las grandes avenidas: circule usted por la derecha, el carril izquierdo va en sentido contrario, rebase con precaución. Llegará el momento en el que se tope con un par de transeúntes en sentido contrario, y para colmo el que viene sobre su carril (el suyo de usted, no de él) casi quiere forzarlo a quitarse con tal de no replegarse a donde debe. Se quitan hasta el último momento. El flujo sería mucho más rápido si se respetara una sencilla regla: cada carril su libertad. Y si el que viene en sentido contrario tiene la osadía de meterse, que tenga la audacia de regresarse oportunamente a su vía, evitando a toda costa que usted disminuya la velocidad de sus pasos.
Pongamos, por otro caso, el ingreso a los gusanos metálicos. La regla existe en forma escrita pero como hay más “leedores” que lectores, se ignora. “Permita salir antes de entrar”, dice una leyenda urbana. Si la negligencia fuera mierda, todos los días vería usted montones y montones de coprolitos andantes que no ceden el paso. ¿Verdad que no es sano cargar con tanto excremento mental? Lo que resulta más extraño, es que el flujo sanguíneo mantiene un orden natural en el interior del cuerpo. ¿Cómo es que ese simple hecho no otorga la pauta para mejorar las andanzas por las calles?
La respuesta: el individualismo con pedanterías. Sugerencia: sea egoísta de lo que le corresponde y permítase ciertas libertades que mejoren la sociedad urbana.
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