— ¿Allí es donde me pueden fabricar un texto?
— Sí, madame. ¿Ya ha usado antes nuestros servicios?
— No, nunca. Es la primera vez.
— Cuénteme, ¿qué le gustaría?
— Disculpe, qué pena, es que no sé ni por dónde empezar.
— No hay por qué sentirse mal. Nuestros tejedores saben hacer de todo. Depende la ocasión, por supuesto. Lo que más nos piden son discursos. También ofrecemos poemas, cuentos, diatribas, gramáticas en su jugo, morfologías de ayer y hoy...
— Ah, pero... es que...
— No diga más. Si nunca ha usado nuestros servicios antes, podríamos sorprenderla con un texto de la caja del misterio.
— Oh. ¡Maravilloso! ¡Eso sí que me gustaría! ¿Qué hay que hacer?
— Primero que nada necesito que me proporcione unos tres sustantivos. Sencillitos. ¿Los tiene a la mano?
— Ay joven, qué pena con usted. Me va a decir que qué mal. ¿Qué es un sustantivo?
— No se sienta mal, ya le dije. Para eso estamos. Es una palabra que designa o identifica seres animados o inanimados. En su casa debe haber muchos. Ejemplos: casa, teléfono, puerta, gato. ¿Tiene alguno de esos?
— Ya. Claro que sí. Oiga, ¿puedo darle de esos que no se ven tan fácil?
— Sí, seguro. A sus órdenes.
— Deje pienso... mmm... ya. Amor, valor y protección. ¿Le sirven?
— Magnífico. Ya los registramos. Ahora, ¿en qué estado de ánimo diría que se encuentra?
— Feliz, entusiasmada, ilusionada, enamorada.
— Ya veo por dónde va el asunto. ¿Prefiere pergamino, mente, corazón o cuerpo?
— Ay, qué complicado. Todas son buenas opciones. ¿No lo podemos dejar también a la caja del misterio?
— Seguro que sí, madame. Casi terminamos. Ahora sólo necesito su dirección y horas disponibles.
— Con gusto.
Al día siguiente, los vecinos sólo escucharon cómo un fabricante de textos tatuaba amor, valor y protección en el cuerpo de la cliente. Agregó poesía como bono extra sin costo adicional. Sobra decir que quedó por más muy satisfecha. El sustantivo orgasmo iba incluido.
Realmente Extraordinario
ResponderEliminar