Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

viernes, 19 de febrero de 2021

No retorno.

 Llega un punto en el que el universo creado por el narrador se sostiene por sí mismo. Al principio, cuando no hay muchos escenarios ni los personajes se han presentado con profundidad, el autor decide simplemente que algo no le gustó y revoca las líneas que ha puesto, las modifica, las elimina.

Una vez alcanzado el límite del no retorno, como última advertencia, se cometerán muchos errores: gramática difusa, sintaxis despistada, ortografía necia; sólo por mencionar algunos. Tras cruzar esa línea ya no será posible deshacer la historia. Sí, se le puede ocultar pero algo impedirá que se vaya al olvido. Puede permanecer en algún cajón durante años, según las hipótesis de descanso del texto; más adelante la historia quedará al descubierto para ser continuada. Aquí el primer problema será que el autor también ha cambiado con los años, por lo que la historia no le parezca tan atractiva como la dejó. Sin embargo, continuará. Alguien habrá leído aquello y opinará sobre algún personaje nuevo: ese es justamente el momento crítico, porque la historia necesita más pilares para mantenerse en movimiento.

Dicho lo anterior, cualquiera puede comenzar con una historia, pero lleva un tiempo duro mantenerla a flote, existiendo hasta que se instale en las mentes y almas de varios. Así, si uno la olvida, siempre habrá alguien que le recuerde dónde se quedó.

No inicie novelas que no esté dispuesto a terminar, porque serán las ruinas escritas de su propio olvido. Y si ya lo hizo, revisite las ruinas y restaure hasta que surja el movimiento.

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