Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

miércoles, 17 de febrero de 2021

Si existiera semejante extractor...

 Cierta vez le pregunté a algún amigo escritor cuántos libros tenía publicados. Me contestó que ninguno, que no se había tomado aún la molestia de llevarlos a imprenta o a editorial para divulgarlos. Al profundizar en la charla, que estaba acompañada de un café, me explicó que la realidad es que no tenía ningún libro realmente terminado. Todos los dejaba a medias tintas. Armaba, por ejemplo, el índice y escribía un par de oraciones en cada uno, porque decía que le ayudaría a recordar después. Así que decidí preguntar cuántos retazos de libros tenía, que sí eran muchos, que rebasaban el ciento.

Como argumentos válidos para defenderse, me explicó además que tenía millones de ideas en la cabeza y que era una lástima que aún no existiera algún extractor que las pasara al papel.

—Pero, ¿las extraería desordenadas? —cuestioné.

—No. Me sacaría todos los libros que ya tengo escritos en la cabeza. Tal cual como los quiero.

—¿No te parecería aburrido? Te estarías saltando el proceso de mover las manos, de ir montando la novela bloque por bloque.

—Aburrido no, porque los extraería de tal modo que yo mismo los leería y me sorprendería de cosas de las que no estoy tan consciente sobre mis personajes.

—Pero aún no existe. ¿No crees que es momento de ir avanzando en algo? A este paso no tendrás ningún libro. Dudo que semejante extractor de ideas llegue pronto. ¿O piensas esperar?

—No planeo esperar tanto. ¿Crees que en unos veinte años ya sea inventada esa máquina?

—Creo, más bien, que tienes pereza mental para ir escribiendo.

—Pero si vieras la cantidad de libros que tengo en la mente, te sorprenderías...

—No puedo verlos. Lástima. Escríbelos.

—Bueno, tienes un buen punto allí. Sí es mucho riesgo esperar, ¿verdad? Tal vez no llegue esa máquina.

—Y para cuando llegue ya serás un novelista consumado. No pierdas el tiempo. Y para efectos prácticos, si no deseas escribir, inventa tú mismo esa máquina.

Ante aquella corta discusión a ese amigo sólo le quedó sonreír burdamente, dubitativo. Tal vez se quedaría pensando en lo eficaz de aquel invento, en lo fácil que resultaría la vida del escritor si existiera semejante extractor... Y yo estoy casi seguro que no lo usaría, que de tanto escribir se le quedan a uno más ganas de continuar por la brecha de aporrear las teclas, de ir conociendo lentamente a los personajes y de equivocarse. Aquello formaría "escritores de vaciado" y pronto las máquinas se convertirían en las verdaderas autoras de cada libro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario