En la promoción publicitaria que se le ocurrió al equipo, era otra chica la que respondía. El lema de dicha publicación decía lo siguiente: "Charla unos minutos con Elena y podrías ser elegido para asistir a su próxima sesión de fotografías. Costo por participar: veinte pesos por cinco minutos". Muchos habían comprado la revista y por supuesto que entraban al sitio. Si podían gastarse ese dinero en alguna cerveza, qué más daba platicar un rato con la modelo. Del otro lado de la computadora estaba Anel: una chica físicamente poco agraciada, muy simpática. Saludaba con mucho entusiasmo a los que habían pagado la promoción. Aquella Elena falsa tenía la agenda llena, mientras que la modelo se ocupaba de otros asuntos.
Casi todas las conversaciones iban por la misma línea temática: que si tenía novio, cuál era su comida favorita, si amaba la naturaleza... En las reglas de la promoción se había escrito que el ganador sería sorteado al azar, pero allí en las oficinas el agente de Elena había dicho a Anel que ella eligiera a un hombre interesante.
SIGUE
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