El alumno supera al maestro.
Entrenarse bajo los ojos rígidos del sensei.
Un espacio para practicar.
Todos esos preceptos vagaron por la mente de Fanny, quien estaba segura de que había encontrado una forma para impulsar sus talentos. Llevaba entre las manos nerviosas una carta que había ido a depositar al correo. Decidió leerla una última vez, en una banca del parque que se encontraba afuera de la oficina postal.
"Estimada maestra, acépteme por favor como practicante".
SIGUE
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