Hubo una vez un lector único en todo el mundo que leyó este texto una sola vez y jamás lo volvió a abrir. Del alarmante número seis mil novecientos millones, sólo uno. Es como un grano de sal en un mar de azúcar. ¿O eran dos? El escritor cuenta también como lector. Si alguna vez se cruza este texto entre los ojos de otro potencial lector latente, haga favor de mostrar un comentario para comprobarlo. Tres no es un mal número.
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