Tren Literario

Tren Literario
No hay peor libro que el no se escribe, al negarle la oportunidad de existir. -Kuvenn

sábado, 20 de marzo de 2021

Así debe iniciar.

La primera oración de una novela es crucial. Debe ser una enorme puerta hacia lo desconocido, abriéndose solemnemente. Debe abrirse lo suficiente para poder deslizarse al interior de la promesa que se está haciendo: te vas a quedar hasta el final. Hacia el fondo deberá verse un escenario sin límites con caminos y bifurcaciones. El primer personaje hará una entrada memorable; posiblemente absurda, cuyo sentido será aclarado más adelante.

Cualquier puertecilla que se abra de sopetón causará otro efecto más desinteresado. Y aun así hay una clave para la ejecución de la novela: no importa el tamaño de la puerta, sino el cómo se abra, dónde y qué tanto. Claro está que si colocamos un portón místico y sabemos abrirlo, la gratificación será doble. No hay nada más decepcionante que una puerta ruidosa que lleva a algún plano no tridimensional.

¿Sugerencias? Usar antorchas, cerrojos históricos, madera pesada... una puerta viva. Entonces no se estará leyendo una novela, se estará entrando de lleno en un libro.

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